Pon color a tu comunicacion interna

Comunicación interna en una empresa automovilística

Este post describe el caso de cómo actúa un colaborador cuando ejerce como embajador de la marca. Cuenta el caso de dos amigos, de uno de ellos, su empresa trabaja la comunicación interna y en el otro no.

El empleado prescriptor y fan de la empresa

Café para dos y un anuncio

¡Dos cafés,  por favor! Laura y Carlos quedan una vez al mes para conversar. Ambos, conocidos desde la infancia, compartían muchas cosas:  el gusto por el café, el color azul y el otoño como estación favorita. Además de todas esas casualidades, estos amigos trabajaban en empresas automovilísticas.

¿Cómo se comportan los embajadores de la empresa ante su círculo de amigos?

Carlos y Laura , conversan de deporte, dan un sorbo a su aromático café, de pronto se fijan en el anuncio. En él, un coche rojo, eléctrico avanzaba causando admiración por la Gran Vía de Madrid. ¡Imponente.! L–Mira, Carlos. ¡Ese es el anuncio nuevo de mi empresa! Es la nueva publicidad, la de los coches eléctricos. (Laura señala la televisión con un gesto de alegría y orgullo) Es la versión económica que está al alcance de todos.  ( muy emocionada, sigue con el relato) Nos mostraron la publicidad, primero a nosotros, los empleados. ‘¡Claro, ahora recuerdo! Nos dijeron que se emitiría hoy, domingo, por primera vez.  ¡Vaya coincidencia! C- ¡Wow!  ¡Qué cochazo! Ese es el futuro del automóvil –¿Qué te parece? —pregunta Laura. — Ya te dije. ¡Está muy, pero muy bien! Pero… ¿Cuándo lo visteis? Laura parece no entender la pregunta. —  Perdón, estoy emocionada! ¿El anuncio? Sí, la vimos hace 15 días. También nos dieron la oportunidad de probar ese modelo que es muy económico. Lo probó un robot y nosotros. Y según dos compañeros, que lo probaron, comentaron lo suave que se conduce ese coche. –  Bueno, también en mi empresa hay muchos robots, el futuro del automóvil es innovación –  Sí innovación. El sector del automóvil cambiará muchísimo pronto. Nos lo contó un experto en una charla, dijo que en un futuro cercano los autos se abrirán con el móvil, nos reconocerán, nos buscarán aparcamiento y nos guiarán por la ruta con menos tráfico. –  (Carlos la interrumpe) ¡Qué bien lo de la charla! ¿qué tipo de coches estáis fabricando? – Ya fabricamos dos tipos de coches eléctricos, por batería y los que funcionan por pila de combustible. Cualesquiera de los dos gastan menos que los coches actuales y contaminan muy poco. Son silenciosos y su principal ventaja es poderlos recargar de noche, cuando las tarifas son bajas y la demanda energética es más baja. – Me gusta el anuncio y cuanto sabes del tema, comenta Carlos. -Laura sonrió y después dio otro sorbo a su café. Abrió su WhatsApp y comentó el momento con su grupo de trabajo. Se tomó una foto con Carlos  y la compartió en su twitter, finalmente, dio un like a la imagen del coche del Facebook y del Instagram corporativo de su empresa. –  Pero… ¡Mujer qué haces!. Me asombra tu comportamiento Laura ¿Te dan un extra por compartir este momento en tus redes? – Calla, calla, no exageres. Pero, a lo mejor me cae un premio sorpresa. —¡Espera, espera un momento! (comentó Carlos sorprendido) -¡Perdona mi envidia amiga! A nosotros, ni en sueños nos dejan probar un coche. Los empleados somos un cero patatero!. Es más, el otro día me enteré de los beneficios de la empresa por la prensa, sus canales internos están totalmente abandonados. En mi empresa no nos cuentan nada, ni siquiera cuando compraron robots. ¡Imagínate la idea de probar un modelo nuevo…! Laura dejó el café sobre la mesa. –Me parece Carlos que tu empresa comete un fallo muy grave. Todo operario debería ser informado del día a día, por pequeño que sea el asunto. Mira, en mi empresa todos somos uno. Somos una piña. Tenemos varios canales internos, incluso una App de comunicación interna. Además, todos los viernes tenemos el momento cero, nos reunimos con nuestro jefe para conversar de todo, menos de trabajo y eso sólo se consigue cuando… –…hay diálogo, buen ambiente. ¡Ya! (añade Carlos, pensativo). Bueno, pero no será todo color de rosa, ¿no? Quiero decir, toda empresa tiene sus más y sus menos. tendréis errores, fallos, ¿verdad?. –Carlos, en mi empresa todos podemos equivocarnos, la cultura del error no está penalizada. El nuevo Director General es un crack, es una persona muy llana. Quiere fomentar una cultura innovadora y desde esa filosofía todo se gestiona pensando en el empleado. Al fin y al cabo, somos un motor importante, ¿no crees? —Claro, y más trabajando en serie, como yo. Mi empresa persigue la calidad y el buen servicio al cliente externo. pero, para ella los empleados somos poco más que un cero patatero. Así les va, mal.  Se quejan de la productividad, de los absentismos, pero hoy tú me demuestras que el bienestar laboral tiene un precio. Perdona que sea tan negativo, pero yo no me siento implicado con mi empresa, tienen una cultura muy tradicional y cerrada. –Eso no debería quedar ahí. Si atienden el bienestar del trabajador y  promueven un clima laboral cálido, de amistad, ayuda y apoyo,  la empresa se beneficia. Siempre  obtendrá un producto mejor, de mayor calidad. Laura vuelve a señalar la Tv de la cafetería. Otro anuncio de Automóvil ¡Mira ese coche seguro, que no es tan bueno como el nuestro! El nuestro está dotado de la más reciente tecnología y ha sido un orgullo participar en su elaboración –  Ya, veo que estás muy orgullosa. -¿No te sientes tú así  en tu entorno laboral?   En nuestra empresa creen que si un trabajador no está contento… –  No lo estará el cliente. ¡Buena filosofía! (Carlos la observa, no sale de su asombro; sigue pensativo). –  ¡Cuánta publicidad de autos en TV! Con lo cara que es. – Sí, ahora parece que toca publicitar a los coches, dos anuncios del mismo tema, en menos de media hora. (Laura señaló la televisión) Hay que ver el dineral que gastan las empresas automovilísticas en publicidad. Pero te digo la verdad, nuestro coche tiene buen diseño y todo los accesorios de óptima calidad, pasan miles de controles, son suaves, seguros, confortables. — ¡Laura ya vale! que plasta estás tía… Sólo te voy a decir que estoy ahorrando y, por tu forma de hablar me da ganas de comprar el coche de tu marca. Por mucho que le pese a mi jefe… -Ja ja ja La risa de ambos amigos dio por finalizada la conversación, Carlos terminó su café y Laura pidió otra taza más.

El empleado embajador de la marca

Cuando un empleado se siente orgulloso de su empresa como es el caso de Laura es propenso a recomendar su marca.  La actitud positiva de Laura demuestra que el plan y las campañas de comunicación interna han tenido el impacto esperado. Un embajador de la marca es un fan de la empresa:  hace comentarios positivos, comparte contenido de su marca en las redes sociales, se siente parte del proyecto.  Un trabajador fan habla siempre bien de su empresa, como si recibiera un sueldo extra por dar buenas referencias. Así mismo, cuando una institución o empresa de cualquier sector inicia un proyecto de comunicación interna digital, nada mejor que implicar al personal para convertirlos en embajadores de la marca, fomentando su participación en las redes sociales corporativas. Quien mejor que los empleados pueden convertirse en sus aliados, en difusores de sus productos o servicios, valores. En este caso la empresa tiene que trabajar un programa de marca interna. En estos proyectos employee branding  se crea un proyecto digital, el personal recibe formación con el fin de que el personal sepa acerca del  uso corporativo de las redes sociales y entiendan el para qué y cómo se va a desarrollar esa actividad. Los empleados son fuente de credibilidad, por tanto en la estrategia de branding digital hay que incluirlos

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