Este post cita un ejemplo de equipos de trabajo. Destaca la transformación de una experiencia de trabajo negativa a una positiva. El éxito del cambio fue posible porque se dieron las siguientes condiciones: misión clara, apoyo institucional, recursos adecuados, normas, reparto de tareas, método de trabajo, evaluación constante, rectificación y actitud positiva de sus integrantes.
El caso de una empresa de electrodomésticos: caen las ventas
No puedes obligar a las personas a hacer lo mejor que puedan hacer, eso sólo se lo pueden ordenar ellas mismas.
Bob Nelson
Los directivos de una conocida empresa del sector de electrodomésticos, después de revisar las estadísticas y comprobar la pérdida de cuota de mercado en uno de sus productos estrella, se encontraban disgustados y preocupados. Se dieron cuenta que el gran problema era la nula innovación y el excesivo individualismo.
En esa área de la empresa trabajaban profesionales del marketing que, aunque brillantes a nivel individual, carecían de la habilidad para sobresalir en equipos de trabajo.
¿Qué hacemos?
Crear equipos de trabajo multidisciplinares
Decidieron crear un equipo de trabajo multidisciplinar.
Los directivos estaban convencidos de que la combinación de talentos del área de marketing aportaría soluciones creativas para mejorar las ventas, así que formaron un equipo entre los colaboradores más destacados.
El nuevo equipo estaba integrado por mujeres y hombres de diferente categoría laboral y de diferentes áreas del negocio: producción, calidad y marketing se integraron al equipo.
El reto del equipo: generar ideas para ganar cuota de mercado
Su misión sería elaborar propuestas innovadoras para fidelizar a los clientes actuales y captar nuevos consumidores.
¿Cómo empezar a trabajar en equipo?
La responsable del proyecto y el apoyo institucional
Como responsable del proyecto se eligió a una mujer con mucha empatía y experta en temas de innovación.
La nueva líder, teniendo su misión clara, se puso en acción. Reunió a todos los integrantes para hablar sobre el reto. Con un discurso bien estructurado animó a todos a opinar.
La empresa dio todo el apoyo posible, facilitó todos los recursos necesarios e informó a todo el personal -vía correo electrónico y boletín digital- sobre el objetivo del nuevo equipo creado.
Fase inicial: se crearon normas y repartieron roles
Los miembros del equipo nunca habían trabajado juntos, de hecho, apenas se conocían. Así que las primeras reuniones estuvieron encaminadas a conocerse y a elaborar el protocolo de comportamiento. Se crearon unas normas básicas y se repartieron los roles.
Las normas aprobadas fueron 6:
- Compartir información
- Puntualidad
- Escucha
- Ayuda mutua
- Ambiente cordial
- Responsabilidad
Después, se organizaron los recursos, se repartieron tareas y se explicó el método de trabajo. La misión era exigente y motivadora, todos estaban entusiasmados y se sentían complacidos de haber sido los elegidos.
Comenzaron las dificultades: poca participación en los equipos de trabajo
En una fase inicial, las reuniones de los viernes eran bastante lentas y las intervenciones escasas. El nivel de participación era bajo, siempre eran dos los miembros que monopolizaban los debates. Estas actitudes frenaron el rendimiento del equipo.
Sus miembros, afectados por la lentitud de las reuniones, optaron por faltar a estas presentando un variado repertorio de excusas.
La solución: motivar a los equipos de trabajo
La coordinadora responsable del equipo propuso tratar el tema en una charla, en la cual participaban como ponentes tres miembros del equipo. En esa reunión se acordó un método de trabajo más participativo y se puso énfasis en la calidad de los integrantes.
Otro recurso utilizado fue un vídeo el cual provocó la intervención de todos a través de un debate participativo. El vídeo caló tanto que al finalizar su proyección el tablón estaba lleno de ideas.
La coordinadora estaba sorprendida, no dejaba de agradecer cualquier tipo de intervención. Al final, hubo una idea aprobada por todos. El colaborador más entusiasta propuso: «si mejoramos y aportamos todos, lo celebramos con una comida de trabajo. ¿Qué os parece?» «¡Excelente idea!», repitieron los demás.
Sin duda, las comidas de trabajo promueven buenas relaciones. Esta sencilla motivación consiguió mejorar el clima interno y favorecer el ritmo de trabajo.
Gracias a los recursos y la habilidad de la líder se salvó la misión del equipo, el mismo que al cabo de 4 meses consiguió presentar tres propuestas innovadoras.
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