En este post explico la dificultad de elegir a un líder y, también, la necesidad de este. Un líder -como el del caso- puede acelerar el declive de una empresa o conseguir la mejora total de la misma.
Índice
La necesidad de un líder
El líder eficaz es un reto para la competitividad, acertar en la designación es relevante. La crisis en un negocio puede tener sus raíces en la ausencia de la habilidad de liderar. Cada empresa sabe su necesidad y el tipo de líder que le hace falta.
El caso que a continuación cito es verídico, sin embargo, he cambiado algunos datos para garantizar el anonimato de los protagonistas. A partir de este ejemplo, explico el liderazgo autoritario y liderazgo lateral.
¡La empresa está agonizando!
Debido a un problema de pérdida de cuota de mercado, una empresa familiar del sector alimentación se ve sumida en una lenta agonía. El riesgo de despedir personal es cada vez más urgente. Y, a este problema de gestión se une el liderazgo autoritario del actual director (el dueño que está a punto de jubilarse).
El actual director, cansado de su trabajo, de los rumores y de la responsabilidad, quiere delegar el puesto y no sabe a quién elegir. Debe elegir entre su hijo (experto en marketing) o a su hija (periodista). Su dilema no es únicamente elegir al directivo mejor preparado, al jefe perfecto, sino acertar con el líder teniendo como referencia la necesidad de la empresa.
Crisis y necesidad en el negocio por un líder
Mariano es el director gerente desde hace 27 años de una empresa familiar valenciana: ‘Burjassot hermanos’, que da trabajo a 30 personas. Su producto estrella es la horchata de chufa, cuya calidad está respaldada por su cercanía a la huerta valenciana, entorno donde se cultiva y selecciona la chufa tras exigentes análisis de calidad, así como por el proceso de elaboración artesanal.
Mariano heredó el negocio del abuelo, de quien copio su estilo de liderazgo. Dirige la fábrica como lo hacía su abuelo, quien lo formo para continuar con el negocio.
Mariano cumplirá en diciembre 66 años y está pensando en jubilarse. Está bastante disgustado porque la crisis también le está afectando: las ventas han descendido estrepitosamente y ha tenido que despedir a tres empleados.
Mejor nos quedamos como estamos: ¿para qué complicarnos?
Aunque el negocio todavía se mantiene, necesita hacer cambios. Mariano es consciente de que puede abrir nuevos mercados, pero no quiere tomar ese tipo de decisiones por el trabajo que esto implicaría.
La competencia ha crecido, tienen dificultades para vender su producto y están perdiendo mercado. Mariano sabe que necesita hacer algo para no sucumbir. Por ejemplo: lanzar una campaña de publicidad y apostar por la innovación, fabricar otros productos. Sin embargo, todo esto le resulta complicado y no quiere arriesgar ni tener más preocupaciones.
Hace más de cinco años las cosas van de mal a peor y si sigue así va a tener que despedir a más empleados.
Mariano, cada trimestre y si el tiempo se lo permite, informa con una reunión sobre la evolución de las ventas, pero nunca da explicaciones de los problemas que atraviesa la fábrica, y tampoco pide opiniones ni sugerencias a los empleados. Cuando no tiene tiempo para reuniones, informa al personal sobre la marcha de la empresa a través del tablón de anuncios.
Un estilo de liderazgo autoritario
A Mariano le gusta dar órdenes y que todos las cumplan, además, siempre apela al sentido de responsabilidad de cada puesto (líder autoritario). Es el único que decide cómo organizar el trabajo y la producción. Sus comunicaciones son unidireccionales, descendentes .
Nunca pide opiniones ni sugerencias a sus empleados sobre mejoras que se podrían implantar; las decisiones las toma sin justificarlas.
Aunque hay un buen ambiente laboral entre los compañeros, ellos nunca invitan al director de la empresa a sus reuniones, los rumores acerca de nuevos despidos y lo mal que va el negocio son el tema común en esos encuentros.
Mariano está ya cansado de ‘tanto chisme’ y desde hace meses ya no informa a nadie sobre la marcha del negocio, ya no puede más y está pensando en dimitir del cargo de director y jubilarse.
¡Urgente! ¿Quién debe dirigir el negocio?
Mariano piensa dejar la dirección y el liderazgo de la empresa a uno de sus hijos. No está seguro a quien designar como líder; tiene un dilema entre su hija o su hijo.
Cecilia, conoce el negocio. Apreciada por todo el personal
Su hija Cecilia es la menor, ella estudió periodismo, siempre ha trabajado en las oficinas y en la fábrica. Actualmente, es la secretaria de su padre. Ella tiene muchas ideas e iniciativas para que el negocio marche mejor, pero su padre siempre la frena, no escucha sus iniciativas. Cuando hay mucho trabajo en la fábrica, no tiene ningún problema en ayudar al compañero que está más agobiado con su trabajo.
El carácter servicial, prudente y espontáneo de Cecilia la ha hecho merecedora del cariño de todo el personal de la fábrica, a ella siempre la invitan a ir de tapas y a celebrar los cumpleaños de los empleados. En esas reuniones siempre aclara rumores, devuelve la tranquilidad a los empleados y les amplia alguna información que ha divulgado su padre. Sus comentarios son constructivos. No engaña, dice la verdad; sus palabras siempre son agradecidas por el personal en quienes influye de forma muy positiva. (liderazgo lateral).